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El año agrícola 2016 puede definirse como seco y templado. Las precipitaciones fueron inferiores a la media de la década y se distribuyeron de forma irregular: el otoño fue seco, el invierno y el inicio de la primavera fueron muy lluviosos, y los últimos cinco meses de primavera-verano fueron muy secos, sin lluvias desde el 22 de mayo hasta el 13 de septiembre. Por este motivo, el estado sanitario de la uva fue muy bueno, sin complicaciones por problemas fúngicos. La vendimia se inició el 24 de agosto y finalizó el 11 de octubre, tras 49 largos días de vendimia, algo habitual en Somontano por el abanico de variedades, suelos y condiciones climáticas. La vendimia 2016 fue escalonada y sin prisas, con un solo día de lluvia, sin problemas sanitarios que alterasen el ritmo normal y con una maduración gradual hasta buenos niveles glucométricos, ya que el viñedo tuvo suficiente cantidad de hoja y la sanidad respetó su funcionalidad hasta el final de la vendimia. Este desarrollo de la última parte del ciclo vegetativo, junto con el alto grado de sanidad de la uva, permitió elaborar de manera paulatina y pausada, realizando todos los pasos necesarios para extraer el máximo potencial enológico. En términos generales, los vinos de la vendimia 2016 presentan colores brillantes, grados alcohólicos comedidos, aromas intensos y sabores marcados con texturas agradables.
